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danddaventuras - Capitulo 6
 

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Capítulo 6

 

Al despertarse se encontraron que les habían robado todo menos la mochila, los venenos y los trajes. Al único que no le robaron fue a Ignotus gracias al colgante que llevaba. Al salir del pasillo vieron que no fueron los únicos a los que han robado si no a todos los huéspedes de la taberna. Uno de ellos colgó un cartel en la pared pidiendo que le consiguieran su espada vibradora a cambio de una recompensa. Salieron al exterior y vieron mucha gente alrededor de un cuerpo. Por la calle había mucha sangre y miembros de personas mutilados. Se acercaron a ver y vieron a un elfo anciano vestido con túnica con adornos bastantes caros en un charco de sangre. Tenia la yugular destrozada como si le hubieran mordido y le faltaba una mano. Harry Potter y Lis pensaban en robarle la túnica para ponérsela ya que al ver que podía ser de alto rango sería muy poderosa y valiosa. Ignotus les dijo que no lo hicieran que además que les descubrirían con sigilo estaba varios guardias allí. Estos se reprimieron las ganas enfadándose que no pudieran conseguirla. Un guardia examinó el cuerpo y dijo que era el gran druida del pueblo, el miembro más importante que había. Analizando los otros cadaveres y las heridas que tenían los druidas de rango inferior determinaron que fueron hombres rata, los enviados de los hombres lobos para recolectar botines y matar alguna gente. Tenían la madriguera en alguna parte del bosque pero no sabían donde. Al gran druida le quitaron la mano con la que suele sujetar su vara igual que a otros del pueblo sus armas. Los que no murieron y fueron mordidos los pusieron en cuarentena pues a la luna llena podrían transformarse. El problema de los hombres rata que están con lobos era que los entrenaban para poder transformarse cuando quisieran tanto de día y de noche. Ignotus les dijo apartándoles del gentío que tenía que hacer un viaje a una templo de magos para realizar un nuevo libro de conjuros que le permita lanzar hechizos como todos sin que la maldición que le echaron a su antiguo libro le afecte. Les pidió que si encuentran alguna vez su libro que lo destruyan para acabar con la maldición ya que mientras este ahí no podría aprender ninguno de los antiguos hechizos. Le preguntó Lis cuanto tardaría en reunirse con ellos y le dijo que sobre unos diez días volvería con ellos donde estuvieran. Y se fue montado en un caballo que compró en ese momento a toda velocidad.

 

Los tres compañeros se miraron e intentaron acordar en buscar a un nuevo compañero mientras esta de viaje el mago. Estuvieron discutiendo que clase podría ser, si un guerrero, un bárbaro, otro mago, otro brujo, un explorador o un bardo. Al final decidieron que sería un bardo por lo menos con su música les entretendría y cantaría sus hazañas. Pusieron un pergamino en el tablón de anuncios del pueblo pidiendo un buen bardo cantor, quien quisiera fuera a la taberna donde estaban alojados. Volvieron a la taberna y aceptaron la misión de recuperar la espada vibradora, no tenían ni idea de que tipo de espada era aquella. Se les acercó un elfo rubio de ojos azules vestido con un traje blanco, que llevaba una capa verde y que llevaba en su espalda una lira con la mochila se les acercó. Le preguntaron quien era y les respondió que se llamaba Cantarfix y era un bardo que se buscaba la vida en lugares donde necesitaran sus servicios de cantador de historias, canciones o en todo caso de presenciar aventuras de otras personas para contar sus hazañas, y todo ello acompañado de la música de su lira. Le contaron lo que pasaba y que irían al escondrijo de los hombres rata y hombres lobo para recuperar la espada y poder coger armas mágicas para ellos. Pero el problema no sabían donde hallarlo en el bosque porque era bastante grande. El bardo sabía que aunque tuvieran forma humana no podían resistirse a los instintos de las ratas. Salieron al exterior y un hombre en un carro pedía que le vendieran queso para alimentar a su familia que pagaría bien. El bardo sospechó de él y utilizando un trozo que le sobraba de queso se lo pasó por delante y le dijo que sabía que era un hombre rata y si le guiaba a el y a sus compañeros hasta su guarida no le delataría delante de la gente.

 

Les dirigió por el bosque a lo más profundo alejándose del hogar de los elfos que vivían allí. Tras dos horas llegaron a la gruta que se adentraba en la tierra y que dirigía a una ciudad de hombres lobos pero antes de llegar estaba el poblado de los hombres rata que guardaban las armas. El bardo le dio el queso que le prometió y se fue. Ahora tenían que bajar y sabían que no iba a ser fácil. Nada más entrar ya había hombres ratas transformados que les atacaron. Como el brujo era el único que les podía atacar sin armas, aparte del bardo, les lanzó un enlace sangriento que aumentaba más su vida mientras la de una de las ratas menguaba. El bardo empezó a cantar con su lira una canción que sonó horrible a las ratas que las dejó aturdidas encogidas sobre si mismas mientras se tapaban las orejas. El brujo volvió a atacar con rayos de energía oscura de la mano derecha dejándolas con bultos negros y saliendo humo de su cuerpo. Aún quedaba en pie una de los hombre ratas que guardaban la madriguera, por lo tanto el brujo lanzó de sus manos llamas doradas que se le pegaron a la piel de ese y que le destrozaba el cuerpo. Murió calcinado por el fuego dorado.

 

Siguieron bajando por el túnel hasta hallar una habitación iluminada con antorchas apuntó de consumirse. Oyeron como se acercaban corriendo más hombres ratas y se escondieron detrás de un mueble. Cuando estos se fueron, salieron de su escondite y revisaron la estancia para ver si había algo que les sirviese. En ese momento se dieron cuenta de que estaban en la armería donde guardaban las armas mágicas. El grupo menos el bardo cogieron un arma mágica que se adaptase a ellos. Harry Potter cogió una Hacha de Batalla Imprudente; Lis escogió una Espada Ancha de Hierro Sangriento y Therendos un Hacha de Verdugo Sanguinaria. Las tres armas tenían el poder que les pusieron a máximo nivel por lo que les favorecía al atacar y hacer daño. El bardo les comentó que ya iba hora de salir de allí pero estos tenían que conseguir entre estas armas una espada vibradora sin magia. El bardo observó con su dominio del arcano para detectar la arma sin magia y vio una espada ancha en la fila de abajo que era la única que no estaba hechizada. Lis cogió el arma y se la colgó en la espalda, la sacó un momento y observó con un movimiento de ataque como la hoja de la espada se agitaba rápidamente. Dijo a los demás lo que descubrió en ella y que aunque no poseyera magia podía abrir más la herida de un enemigo. La volvió a envainar y subieron por el túnel. Era tan estrecho que solo podían caminar en fila.

 

Delante de la salida les aguardaban dos hombres ratas transformados con sus espadas cortas en las manos dispuestos a atacarles. Therendos empuñó con ambas manos la nueva arma que ha obtenido y atacó a la que tenía enfrente haciendo un arco. Harry Potter lanzó su rayo de energía oscura a la otra. El bardo se puso a cantar con su lira una canción desafinada que no solo dejó a las ratas temblando si no a sus propios compañeros también. Lis pegó al bardo para que se callara. El brujo y el paladín golpearon con sus armas a las ratas y terminaron con ellas. Salieron al exterior habiendo cogido el dinero que tenían estos. Afuera había dos hombres ratas más y les fueron a atacar. Ahora los cuatro podían atacar a los dos con total libertad. El brujo utilizó llamas doradas que quemó al que tenía más cerca, Therendos golpeó con su espada produciendole dos cortes en el pecho, Lis atacó a la otra con toda su fuerza con su espada que la hirió en el hombro inutilizando ese brazo. Cantarfix se puso a tocar una melodía con su lira para debilitar su fuerza pero desafinó tanto que tanto los oponentes como sus aliados sintieron su voz. Los dos hombres ratas corrieron en su mal estado portando sus espadas cortas en la mano derecha hacia el bardo que soltó un grito de sorpresa y al cabo de un instante estaba moribundo en el suelo. Antes de caer muerto se metió unas hojas en la boca para que le devuelva a la vida. Ahora sin ese cantando tenían vía libre para atacar fuertemente. El brujo lanzó su rayo oscuro al que atacó antes y entre Therendos y Lis mataron al otro. Registraron sus pertenencias buscando monedas de oro que pudieran coger. Después de recoger el botín se marcharon de vuelta a Piedra Musgo para recibir la recompensa por la espada. Pero nada más volverse se levantó Cantarfix de nuevo vivo, los tres compañeros se lamentaron pues no les iba a ser de mucha ayuda.

 

Al volver a la posada entregaron la espada al viejo que daba la recompensa. Les dio cerca de 300 po para que lo repartieran entre ellos. Por supuesto el bardo no recibió nada. Al repartirse el oro oyeron un mensajero por la calle gritando sobre un ejercito de zombis que estaba yendo al pueblo para destruir toda forma de vida pues han aniquilado la zona de Murann y no se han llevado nada de valor. Los cuatro compañeros pensaron en coger caballos para largarse de ahí lo antes posible pero gastarían mucho para un caballo cada uno así que decidieron comprar una carreta con dos caballos para viajar más tranquilamente. Fueron al establo y allí vieron al mercader. Estuvieron un rato regateando el precio y al final le dijeron que si les llevaba al bosque con la carreta y los caballos allí le darían el precio. Este acepto y durante el trayecto al interior del bosque decía sobre como le gustaría vivir con ese dinero tranquilamente con su mujer e hijos. Al anochecer acamparon ya lejos de la entrada de Piedra Musgo. El hombre se sentó delante de la hoguera y se puso a recordar a su familia que espera regresar pronto y que estuvieran a salvo. También se puso a meditar sobre lo daría por estar dentro del fuego notar su calor en esa fría noche. Lis y los demás acordaron en matarlo y así quedarse con la carreta sin pagar nada. La vengadora camino sigilosamente detrás del mercader pero este la oyó y le preguntó que le pasaba. Esta le contestó que él tenía un bicho en la camsieta y creía que era venenoso. Este empezó a dar vueltas en busca del bicho y entonces Lis le colocó la espada en la yugular y se la cortó. El hombre se llevó las manos al cuello mientras se desangraba y como último acto de clemencia por su deseo de estar dentro del fuego, Harry Potter lo tiró de una patada a al interior d ella hoguera. Con este acto dejaron que su cabeza se quemase en la hoguera y su cuerpo comenzase a arder. Y después de hacer esto se quedaron con el vehículo y los caballos y se echaron a dormir para continuar su viaje de encontrar alguna forma de derrotar a los Illuminati de una vez por todas. Mientras dormían la marca del triángulo con el ojo en los brazos empezaron a brillar.

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