Salieron los tres compañeros de la cueva y continuaron su viaje por la montaña. Subiendo por la senda se encontraron con un obelisco y un disco enfrente de ellos. Mialee lo cogió y nada más tenerlo en sus manos empezó a diluirse convirtiéndose en un ser de aspecto humano de piel pálida que llevaba ropas de cuero y en ambas manos sujetaba una cadena larga de metal afilada. Arawon lo identificó como un Shadar-Kai, un sirviente de la Reina Cuervo, que suele habitar en el Páramo Sombrío. Mialee le atacó con un doble ataque de sus espadas, Theren le pilló por sorpresa y le apuñalo 3 veces por la espalda. Arawon se adelantó y le golpeó con una bola de fuego de sus manos provocando que su cuerpo ardiera mientras chillaba. En un último esfuerzo le atacó a Theren pero apenas le rozó. Mialee le intentó aturdir de un golpe en la cabeza pero se pasó con la fuerza y le partió por la mitad manchando a Mialee de sangre. Las dos partes se transformaron diluyéndose en líquido negro para formarse en disco de diamante astral, transparente con el grabado de su cara. Esta lo cogió y lo puso en el obelisco. Brillando en un color marrón les curó y limpió a Mialee de la sangre. Al hundirse el obelisco en la cima vieron como una barrera rosada desaparecía provocando una onda explosiva que levantó polvo, por ello los tres se taparon los ojos. Cuando se posó la arena en el suelo continuaron subiendo. Al llegar a la cima vieron a una enana con una gran hacha, armadura brillante, corona, anillo; combatía con dos orcos a la vez golpeándoles con su hacha hasta matarlos. Se limpió su sangre y miró atrás. Sus ojos eran marrones, su piel era delicada, y su pelo pelirrojo tenía adornos hechos con cabellos de formas geométricas, a los lados le caían dos trenzas. Se acercaron a ella y estuvieron presentándose, les dijo que procedía de uno de los reinos enanos bajo las montañas de la cual era su princesa. Su reino vivía en una época de paz pero un día la invadieron un ejército que no era de ningún reino que firmaron la paz. Solo supo que la mayoría de su gente murió, su padre y su madre la sacaron por un salvo conducto con algunos objetos mágicos de combate para vengar a su pueblo. Llevaba mucho tiempo enfrentándose a villanos y salvando gente para adquirir experiencia en combate. Oyó hablar de un lugar que entrenaban a personas con duras pruebas y fue, el guerrero que la atendió le dijo que tenía que destruir veinte obeliscos para destruir la barrera del objetivo final que era ese templo. Ella destruyó diez que son los únicos que pudo encontrar. Ellos le explicaron quienes eran y que estaban ahí por lo mismo y que se habían cargado los diez que faltaban. Ellos buscaban cuatro objetos que formaban la Vara de la Vida y la Muerte. La enana, que se llamaba Diase, ha oído hablar de la vara pues algunos de su gente eran seguidores de la Orden Guardiana, un grupo que custodiaban la Espada Espejo, la única arma que podría derrotar a la Vara, que se formó hace 3.000 años durante la Gran Guerra contra Conrror para proteger la la espada. Aparecieron detrás suyo el guerrero que era su entrenador y el brujo tifflin que robó el Orbe de las Almas, ambos estaban sonriendo. El guerrero explicó que el no era el entrenador si no un farsante, el autentico entrenador era el mago eladrín anciano que fue poseído por el disco y al que mataron. Él era en realidad un mago guerrero y su compañero un brujo paladín que hace mil años robaron la Vara de la Vida y la Muerte para resucitar a Conrror y dominar la isla como intentó la Bestia Demoníaca dos mil años antes en su época pero les vencieron antes de cumplir su objetivo y durante la pelea la Vara se partió en los cuatro objetos. Ellos que formaban un grupo de siete personas fueron expulsados y confinados en varios rincones de la isla. Llevaban en el Bosque del Tiempo esperando el momento e investigando sobre el paradero de los cuatro objetos mientras reunían poder. Ahora estaban apunto de obtener el segundo objeto: el Símbolo Sagrado de la Resurrección que estaba en la cámara más profunda del Templo de la Resurrección. El guerrero solo tuvo que esperar a que alguien viniera a pedir entrenamiento para destruir los veinte obeliscos que formaban el sello de la barrera protectora del templo. Entre el tifflin y Mialee discutieron si iban o no a detenerlos. Después de un rato largo corrieron, empujaron a Arawon y Theren a un lado y entraron al templo perdiéndose en la oscuridad del corredor. Los cuatro compañeros alzaron un momento para ver que el templo se expandía a lo alto de la montaña con torres. Así que después de ver lo que tenían delante entraron por la puerta para conseguir el objeto y derrotar a esos dos.